sábado, 28 de septiembre de 2013

Día 2

Tras el desayuno Demian y Marcos se dirigieron a ver cómo estaba su huésped, Marcos llevaba el desayuno en una bandeja, café, zumo, tostadas, fruta…
Marcos- ¿No te parece demasiado para un esclavo?- Bromeó.
Demian sonrió
Demian- Mi intención es que se recupere pronto, así que voy a tentarlo para que coma. Traigo un suplemento en el maletín- dijo mientras lo alzaba a su lado – espero que le haya bajado la fiebre, los resultados de los análisis deberían llegar esta tarde.

Abrieron la puerta y entraron, no parecía haber cambiado nada, estaba igual que lo dejaron la noche anterior, Marcos dejó la bandeja en una mesa que había en el centro de la habitación y se acercó a la cama. Demian ya estaba allí, había levantado la colcha.
Demian- ¡Está desnudo!- miró a su acompañante que se adentró en el baño, la ropa del día anterior estaba tirada por el suelo y había una toalla en mitad de la puerta.
Marcos- Parece que le dio por darse una ducha nocturna-
Demian- Vaya… anda y recoge algo del armario, debería venirle bien, y unos calzoncillos.- (El adquirir vestuario y los objetos personales es responsabilidad del propietario)

Julio estaba dormido tan profundamente que no escuchó nada, Demian aprovechó para tomarle la temperatura, estaba mejor, pero aún tenía fiebre, le descubrió la retaguardia y preparó la jeringuilla con el antipirético, la dejó a un lado. Extrajo tres ampollas de su bolsa, las agitó y le dio un par de toques a la primera, partió su cuello, añadiendo su contenido al de la jeringuilla, hizo lo mismo con las otras dos. Sacó el aire, y le indicó a Marcos que le sujetase por si acaso.
Julio sintió una mano en su hombro derecho, y se despertó, aún adormecido notó una segunda mano a la altura de sus rodillas… aturdido sintió un pinchazo y se tensó inconscientemente.
Marcos-Tranquilo, enseguida acabamos.- No es que tratase de ser amigable es que ese era el trato habitual cuando ayudaba a Demian. No tenía la titulación de enfermero o asistente, pero su preparación en ese campo era superior.
Demian también se había dado cuenta de que se había despertado así que intentó acabar pronto, esperaba una oposición violenta como la de la noche anterior, no obstante no fue así. Julio se dejó hacer, una vez acabó de darle su medicina, Demian le cubrió, y Marcos dejó que se girase boca arriba.

Demian- ¿Tienes hambre?- le preguntó mientras guardaba las cosas en su maletín.
Julio estaba colorado, Marcos se dio cuenta y le acercó la ropa, se apresuró a incorporarse, pero la prisa hizo que se marease, quedándose sentado en la cama con los ojos cerrados y apoyándose en la cama. Marcos y Demian se quedaron mirando.
Julio estaba cada vez más rojo, en cuanto se le pasó un poco se pasó la camiseta por la cabeza y se giró para ponerse la parte de abajo. Se quedó sentado en el filo de la cama avergonzado.

Demian-No me has contestado… ¿tienes hambre?- dijo un poco para romper el hielo- es mejor que no te levantes de la cama.-No estaba acostumbrado a que no se le tratase con respeto, y la actitud a del chico se le antojaba pura rebeldía o peor, insubordinación.
Marcos respaldó esas palabras empujando a Julio y recolocándolo con la espalda contra la cabecera, cubriéndolo hasta la cintura. Esto sólo logró que Julio se sintiese más incómodo, pero no dijo nada.
Demian le acercó la bandeja y se la colocó sobre el regazo… Ante las miradas, Julio se sintió obligado a comer… los observadores parecieron aliviados.

Julio- ¿Qué…?...- Demian y Marcos se quedaron mirando, había empezado a hablar…, con voz queda y sin atreverse a continuar Julio se forzó a acabar la pregunta, no sabía cómo actuarían aquel amo y su sirviente - ¿Qué… me habéis inyectado?- Dijo al fin.
Demian- Algo para la fiebre y unas vitaminas, por si no te has dado cuenta, estás hecho una pena- Se quedó esperando alguna respuesta, pero no hubo contestación.
Julio comió un poco más y dejó el resto. No había comido demasiado, aquello no era suficiente para una persona normal. Demian estaba un poco molesto pero no quiso forzarlo a comer más, aún no sabía el por qué de su actitud. En 4 años debía de haberse recuperado del golpe de sus padres y de su nueva condición como esclavo… así que eso no podía ser, sólo quedaba la opción que había sugerido Marcos. Su anterior amo debió ser un tirano con él… no podía cometer el error de tratarlo igual... al menos de momento.

Retiraron la bandeja y le dejaron solo para que descansara. Al mediodía Marcos le llevó el almuerzo y se lo dejó para que comiese sin prisas, Demian estaba atendiendo algunos asuntos fuera de la mansión. Julio no le habló, se mantuvo tan apático que Marcos decidió no decirle nada.

A la tarde con la llegada de Demian, fueron a ver qué tal estaba, y a recoger la bandeja. Lo encontraron dormido sentado en la cama, no había tocado la comida, a Demian esto le molestó bastante. Decidió ver cómo estaba su temperatura antes de echarle la bronca, tal vez se había sentido indispuesto y por eso no había querido comer.
Le levantó la camiseta y le metió el termómetro en la axila, su respiración era regular, al sentir el objeto frío se estremeció y despertó.
Demian- No te muevas, te cabo de poner el termómetro.-
Julio se dejó hacer, la temperatura era normal.
Demian-Bien parece que estás mejor, esta noche será la última que tenga que darte algo para la fiebre, un problema menos. Y ahora-dijo mientras se ponía serio mirándole a los ojos- dime por qué no has comido nada.
Julio-No tenía hambre- dijo quedamente, con esa mirada suya tan inexpresiva.
Demian- Si no comes te debilitarás- dijo cabreado, aquel chico le sacaba de sus casillas era igual de testarudo que él, tal vez fuese eso lo que lo alteraba- ¿acaso quieres que te alimente a la fuerza?-
Julio-…

Demian- Quedan un par de horas para la cena, espero que comas. -dijo esto con tono de amenaza.

Se fueron, a Julio ya no le importaba nada, qué mas le daba que lo torturasen, que lo forzasen o incluso que lo ejecutasen con algún pretexto… había perdido la razón de vivir se sentía como una máquina… todo le resbalaba… y ahora parecía que le había tocado un amo caprichoso, que quería tener la satisfacción de hacerle sanar…pues vale…que hiciese lo que quisiera con su cuerpo…

Una vez hubieron cenado, prepararon las cosas y Demian se encontró con Marcos de nuevo para llevarle la comida y ver su evolución.

Descorrieron el cerrojo, Julio les esperaba sentado en la cama con los brazos cruzados. Marcos colocó la comida delante de él y se sentó a su lado, Demian hizo lo mismo pero al otro lado.

Julio no se movió.
Demian- Come – Le espetó
Julio permaneció con los brazos cruzados, ignorando la orden. Demian tomó la cuchara la metió en el estofado y se la acercó a la boca.
Demian- Abre la boca- Julio siguió impertérrito, con la mano libre Demian apretó con dos dedos su mandíbula abriéndole la boca. Aquello a Julio le pilló por sorpresa, introdujo la cuchara y le cerró la boca dejando el contenido dentro. Intentó revolverse pero Marcos le había agarrado las manos.
Demian-Traga- el chico se vio obligado a tragar- si me lo pones así no me quedará más remedio que alimentarte de este modo- Le quitó la bandeja de encima mientras Marcos le inmovilizaba las muñecas y le ató los tobillos como la noche anterior, pero las muñecas esta vez las ató juntas sobre su regazo.
Una vez acabó de atarle tomó de nuevo el plato y la cuchara, y le dio la oportunidad de que esta vez abriese la boca él.
Julio aceptó la derrota de aquella vez y acabó de comer alimentado por su captor.
Demian- ¿Ves como no era tan malo?- recogió los restos y preparó la jeringuilla delante de él, a pesar de su impasibilidad, los pelillos de la nuca se le erizaban con esta visión- échate de costado y dame la espalda… bien, así me gusta- Atado como estaba no tenía mucha opción. Sintió que aflojaban las cadenas de sus pies- ahora encoge un poco las rodillas, será mejor para ti- obedeció, a la par que el hombre que hacía de enfermero colocaba sus manos sobre él. Sintió que le bajaban los pantalones, y que le pasaban un algodón frío… se abandonó al vacío, dejó de sentir.
Cuando Demian acabó, satisfecho de su labor, comprobó que Julio se había vuelto a encerrar en su apatía. Le taparon y le dejaron por esa noche.

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